TRES PREGUNTAS AL PRESIDENTE DEL COI, THOMAS BACH
«El deporte es capaz de cambiar el mundo». ¿Cómo refuerza el Movimiento Olímpico actual esta máxima de Nelson Mandela?
Esta idea es tan cierta hoy como entonces, ya que el mundo es más frágil que nunca. Vivimos en una época de crisis globales, división y discriminación. Vemos crisis políticas, financieras y sanitarias, además de terrorismo y guerras civiles. Nuestra sociedad está más fragmentada y es más individualista y egoísta. En estos tiempos difíciles, desde el Movimiento Olímpico defendemos, más que nunca, los ideales y valores que nos definen: la excelencia, el respeto, la amistad y también la universalidad, la diversidad, la sostenibilidad, la paz, la inclusión, la credibilidad y la solidaridad.
El COI es, ante todo, una organización basada en valores, cuya misión es poner el deporte al servicio de la sociedad y construir un mundo mejor a través del deporte. Su importancia ha sido reconocida por las Naciones Unidas a través de una resolución en la que se destaca que el deporte es «un importante facilitador» para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. De hecho, en 2020 otra resolución reforzó esta idea, reconociendo que, junto con la actividad física, «tienen el poder de cambiar las percepciones, los prejuicios y los comportamientos, así como de inspirar a las personas, derribar las barreras raciales y políticas, luchar contra la discriminación y distender los conflictos, como se refleja en la declaración política aprobada en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela celebrada en 2018.»
Gracias a la adopción de la Agenda Olímpica 2020+5 (la hoja de ruta estratégica para los próximos cuatro años) mientras el mundo sigue luchando contra una crisis sanitaria, mantenemos nuestra relevancia tanto para el inminente mundo poscoronavirus como para las generaciones venideras. La Agenda Olímpica 2020+5 muestra nuestro compromiso por reforzar el papel del deporte en la sociedad para convertirlo en una fuerza positiva para el planeta.
La COVID-19 está cambiando la sociedad y la forma en la que podemos practicar deporte y participar en él. ¿Cuál cree que será el impacto de la COVID-19 para el Movimiento Olímpico a largo plazo?
La crisis del coronavirus ha afectado de manera notable a todos los ámbitos de la sociedad, incluido el deporte. El impacto más significativo para nosotros fue el aplazamiento de los Juegos Olímpicos Tokyo 2020. Al mismo tiempo, también hemos constatado que el deporte contribuyó de manera positiva a la salud, la sociedad y la economía. El deporte está ampliamente considerado como un factor fundamental de la lucha contra la pandemia, aún persistente en muchos países. Además, se acepta que es una parte integral de la recuperación frente a la crisis, una labor que ya están emprendiendo otros países.
Si hemos aprendido algo de esta crisis es que necesitamos más solidaridad. Más solidaridad dentro de nuestra sociedad y más solidaridad entre sociedades. Los últimos meses hemos demostrado que la unión hace la fuerza, #StrongerTogether. Esta es una oportunidad para el Movimiento Olímpico: debemos asociarnos con las instituciones internacionales y contribuir a crear un mundo mejor y más inclusivo mediante el deporte y la solidaridad. De este modo, podremos ser parte de una respuesta a los retos mundiales genuinamente transformadora, basada en la unidad y la solidaridad, y guiada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Este contexto de solidaridad es también lo que me ha animado a proponer la adición al lema olímpico («más rápido, más alto, más fuerte») de la palabra «unidos» tras una raya. Esto permitiría demostrar que nuestro valor fundamental de solidaridad es lo que nos permite llegar más rápido, más alto y más fuertes, unidos.
Como hemos visto, la crisis del coronavirus ha supuesto un cambio sustancial para el mundo; marcará un antes y un después. Como líderes del Movimiento Olímpico, debemos prepararnos para ello. Para definir nuestro mañana, necesitamos un proyecto de futuro. La Agenda Olímpica 2020+5 es nuestro enfoque para el futuro del Movimiento Olímpico. Sus 15 recomendaciones abordan cinco grandes tendencias: la solidaridad, la digitalización, la sostenibilidad, la credibilidad y la resiliencia económica y financiera. Tras exhaustivas investigaciones, hemos llegado a la conclusión de que, probablemente, todas ellas serán decisivas en el mundo poscoronavirus. Además, son ámbitos en los que el deporte y los valores del Olimpismo pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de convertir los retos en oportunidades. Nuestro objetivo es y seguirá siendo contribuir a la construcción de un mundo mejor con aún más solidaridad.
En la Agenda Olímpica 2020+5, la recomendación 12 se centra en llegar más allá de las comunidades olímpicas. ¿Puede decirnos cuál es el papel específico que desempeña la comunidad académica en esta labor?
Con esta recomendación, nuestro objetivo es conectar y relacionarnos con diferentes grupos sociales, promover el diálogo y aprovechar aquellos programas cuyo alcance vaya más allá de la comunidad olímpica, lo que incluye las comunidades cultural, científica y educativa.
Desde la fundación del COI en la Universidad de la Sorbona de París, hace 127 años, la comunidad académica ha desempeñado un importante papel en el Movimiento Olímpico. Como todos sabemos, Pierre de Coubertin fue, ante todo, un educador. Por ello, desde su fundación, el vínculo entre el Movimiento Olímpico y la educación ha sido innegable.
En la actualidad, la comunidad académica sigue teniendo un papel fundamental a la hora de ayudar al Movimiento Olímpico a mantener y popularizar los ideales olímpicos y fomentar la comprensión de la relevancia y el impacto del Movimiento Olímpico en la sociedad actual. Por un lado, los profesores universitarios dan a conocer el Movimiento Olímpico y los valores olímpicos en las aulas a las nuevas generaciones. Por otro lado, los conocimientos generados a través de la investigación académica contribuyen en gran medida a abordar los principales retos y oportunidades en torno al lugar que ocupan el deporte y el Movimiento Olímpico en la sociedad. Además, nos recuerdan la importancia de nuestros orígenes y valores.
Me gustaría expresar mis agradecimientos a todos los profesores e investigadores universitarios por su trabajo y por transmitir mensajes sumamente importantes sobre cuestiones tales como el legado de los Juegos Olímpicos, la participación de los jóvenes en el deporte, el papel del deporte en la inclusión social, la protección de los atletas, la buena gobernanza o la promoción del equilibrio de género. Esta importante labor contribuye a asentar los cimientos intelectuales que nos permiten transmitir los ideales del deporte y el espíritu del Olimpismo en el mundo contemporáneo.